AMLO, uno de los “perdedores” de la prueba de gobernanza

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El subdirector de las páginas editoriales del Washington Post aseguró en una columna de opinión que la actitud inicial del presidente mexicano frente a la pandemia de COVID-19 había creado “confusión”.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue nuevamente criticado por su actitud frente a la llegada de la pandemia de coronavirus que ya se ha cobrado la vida de 29 personas en el país y cuyos casos confirmados alcanzan los 1,215 casos confirmados.

En una columna de opinión publicada en el diario estadounidense The Washington Post, Jackson Diehl, subdirector de la página editorial y columnista especializado en asuntos internacionales, calificó a los “ganadores” y “perdedores” de la prueba de gobernanza de gobierno frente a la epidemia que ha impactado al mundo desde finales de 2019.

En su texto, Diehl clasificó a López Obrador junto a los líderes populistas electos de manera democrática, junto al mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, y al de Brasil, Jair Bolsonaro. “La respuesta de ellos fue difundir información equivocada, minimizar la amenaza y evadir la rendición de cuentas”, señaló.

A continuación, señaló algunos ejemplos de los tres. Trump, por ejemplo, predijo erróneamente que el virus desaparecería “como un milagro”. Bolsonaro, el más criticado hasta ahora en el continente por su lenta y desinteresada reacción ante la pandemia, lo comparó con un ligero resfriado.

López Obrador, por su parte, dijo en su momento que no había razones para que la gente dejara de abrazarse y besarse. Además, destacó que el trio se había resistido a imponer medidas tempranas para evitar la propagación del COVID-19. Sin embargo, el columnista admitió que en los últimos días, tanto Trump como el mexicano habían reculado ante el avance de la epidemia en sus respectivas naciones.

“¿El resultado? Las infecciones han aumentado a un ritmo mucho más rápido en Estados Unidos y Brasil que en países asiáticos que se tomaron la amenaza con mayor seriedad. En México, los casos también están subiendo rápidamente”, indicó Diehl.

La actitud de López Obrador ha cambiado precisamente a partir de la semana pasada, cuando las autoridades sanitarias de su administración confirmaron el inicio de la fase 2 de la epidemia de COVID-19 en el país, debido a que se presentaban contagios locales más allá de los importados.

Fue entonces que el mandatario alentó finalmente a la gente a quedarse en casa y evitar el contacto físico. El gobierno ordenó además suspender actividades con movilizaciones masivas, y dispuso el despliegue de un vasto operativo militar para auxiliar en la emergencia sanitaria.

Esta semana, además, su gobierno declaró la emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor, y extendió la suspensión de actividades no esenciales hasta el 30 de abril, esperando que el crecimiento de casos durante la fase 3 de la epidemia no sature los servicios médicos mexicanos.

Esta no es la primera crítica que viene del exterior. El viernes pasado, el mandatario fue duramente criticado por Human Rights Watch (HRW) por su comportamiento frente a la pandemia de coronavirus que ha afectado a México y al mundo entero al calificarla de “sumamente peligrosa”.

“López Obrador, con su desinterés temerario en brindar información veraz sobre la pandemia del COVID-19, expone a graves peligros a la población de México”, expresó Human Rights Watch. A pesar de la rápida propagación del virus en el país, el presidente se niega a seguir las recomendaciones de salud pública y no está brindando información precisa al público sobre la gravedad del problema", añadieron.

En estos eventos, las giras de los fines de semana a lo largo y ancho del territorio nacional, el mandatario tabasqueño “abraza, besa y le estrecha la mano a sus seguidores, desoyendo las recomendaciones de evitar multitudes”, señalaron.

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