La fórmula oficialista, liderada por Lenin Moreno, ganó las últimas elecciones presidenciales de Ecuador en las que votaron, aproximadamente, 1,2 millones de personas. Rafael Correa, el expresidente, reconoció dicha votación con “absoluta transparencia en el proceso” en manos del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Juan Pablo Pozo, presidente del Consejo, fue el encargado de recibir el premio debido a la “muestra clara de su capacidad y total entrega al servicio de la nación”, según lo detalla el decreto ejecutivo. Cabe destacar que recibió diversas amenazas a su integridad física; sin embargo, no fueron obstáculo para hacer cumplir el ordenamiento electoral del país a todo momento.
“Los procesos electorales tienen sus complejidades en todos los países. Lo más importante es que al final se termine fortaleciendo la democracia y el respeto absoluto a la voluntad de la gente”, remarcó Pozo en diálogo con Mensaje 360. Además, comentó que en esas situaciones “se pone a prueba la institucionalidad y que existe el respeto hacia la voluntad de los ciudadanos”.
En cuanto a su experiencia personal, hizo hincapié en la importancia de “abrir espacio de diálogo con todos los actores de forma permanente y tener con claridad un objetivo central”. “Instauramos un Consejo Consultivo de Organizaciones Políticas porque las prácticas electorales deben ser comunicadas; no solo a los ciudadanos, sino también a los diversos representantes políticos”, amplió.
- ¿Qué métodos utilizaron para llevar adelante este proceso electoral de la forma adecuada?
- El caso ecuatoriano fue complejo, precisamente, por los resultados. Lo que hicimos fue un grupo de hombres y mujeres que defendieron la dignidad y la verdad ante ciertos actores políticos que siempre buscaron el desprestigio institucional.
Asimismo, trataron de instaurar en las personas un imaginario fraude que nunca existió. Alguien decía que “no se pudo probar el fraude”; ¡pues claro!, no se puede comprobar lo que no existe. Al final de cuentas, creo que la gente sabe que en Ecuador se respetó la voluntad de los ciudadanos.
- ¿Cómo se actúa frente a las malas intenciones de diversos actores?
- Lo fundamental es hablar con la verdad. Cuando uno tiene la solvencia de lo que está haciendo, no puede tener temores ante un proceso electoral: eso implica mucha organización.
Hoy decía que los organismos electorales tienen que seguirse reinventando en su forma de comunicar porque no se puede seguir con el método de hace 20 años. En la actualidad existen diversos medios de comunicación: los tradicionales, las redes sociales, portales web, entre otros. Esto implica un reto para la institución electoral de poder comunicar de mejor forma las elecciones.
Habrá aspectos para mejorar. En Ecuador dimos un salto cualitativo y cuantitativo impresionante, no solo en lo informático y técnico, sino también en cómo afrontar un proceso tan complejo como el que vivimos.
- ¿Cuáles son las medidas aconsejables a tomar con respecto a la opinión pública y los comentarios negativos?
- Los procesos electorales tienen un componente político: hay que entenderlo de esa forma. Obviamente, cada actor tiene su estrategia. Uno de los temas que hemos dicho y reivindicando es que se tiene que enterrar para siempre la difamación y mentira política como parte de una estrategia.
Cuando utilizas el rumor como herramienta política no estás haciendo campaña negativa; sino un daño a la sociedad y debilitando tanto a las instituciones como a la democracia.
El fortalecimiento se da desde una práctica honesta: la política no debe verse como algo lejano o deshonesto, debe vincular a la sociedad con el poder público a través de las autoridades.
- ¿Te afectó, en algún momento, a la salud el hecho de semejante presión?
- Sin duda es muy complejo. Las votaciones son partes de esa presión, pero siempre he dicho que la democracia nunca puede ser sinónimo de amenazas, ni de violencias o insultos. Recibimos mucho de eso.
Creo que jamás devolvimos lo mismo que recibimos, porque si lo hubiésemos hecho nos habríamos convertido en cobardes. Un gran componente para lograrlo es tener un equipo comprometido y solidario que esté llevando adelante una elección, como sucedió en este caso.