Similitudes entre una campaña política y una empresa para realizar cambios culturales

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La motivación es uno de los ejes principales que se ponen en juego en los ciudadanos durante el periodo electoral . El cerebro incorpora los mensajes en función de diversos procedimientos dominantes para la obtención de información; en este proceso, influyen los sistemas sensoriales, las habilidades cognitivas, emociones y la estructura consciente-inconsciente, entre otros.

Con el objetivo de analizar aún más esta temática, Mensaje 360 dialogó con el coach motivacional Rubén Turienzo, quien hizo hincapié sobre diversos aspectos con los que se logra hacer un cambio cultural.

Desde lo político, destacó la necesidad de volver a lo simple: “La mayoría de la gente, cuando escucho sus charlas y conferencias, los mensajes son intentar darle una vuelta más a lo que ya está inventado. Con esto no quiero sonar antiguo, pero la mayoría habría que volver a lo básico”.

“Siempre digo que un candidato que sea honesto, tenga valores y haya demostrado una solvencia a través de un programa que se haya construido con la ciudadanía, obtendrá mucho más que un contrincante con mil artificios técnicos”, aseguró.

La gente cambia si el contexto le ayuda

 

- ¿Cómo se logra el cambio cultural?

- Yo tengo un sistema de siete elementos que consiguen introducir una serie de nuevas rutinas en el comportamiento de la gente, guiado hacia un cambio actitudinal que lo va a llevar hacia otros resultados.

El siguiente ejemplo me sucedió en una gran multinacional de alimentación en la que la gente estaba bajando la productividad. Cuando hicimos el estudio de la empresa, nos dimos cuenta que había algunos elementos en común: había incrementado el sobrepeso en los trabajadores. Fue muy curioso.

En base a este ejemplo, lo que hicimos fue introducir elementos muchos más sanos en el menú de la empresa y actividades sociales como yoga. Esto producía que se empiecen a interesar por su propio cuerpo. A través de ello, los trabajadores propusieron que tuviésemos dietas y un entrenador personal.

Nosotros se los dimos y cuando la plantilla empezó a perder peso, aumentó su productividad en el trabajo. Este es un caso concreto de cómo se establece un cambio cultural.

 

 

- Sucede mucho que hay personas que se oponen a los cambios culturales, ¿Qué pasaba si alguno se negaba a las nuevas incorporaciones de la empresa como la comida saludable en el menú?

- Cuando nosotros establecemos un cambio cultural, siempre tenemos que entender que la gente cambia si el contexto le ayuda.

Hay tres tipos de personas:

Fighters: son aquellos que se van a quejar siempre del contexto, sea el que sea. Hay que establecerle la posibilidad de la queja, de la escucha y darle pequeñas concesiones para entrar en negociaciones

Peace maker: son fabricantes de paz: no quieren conflictos ni problemas. Tú le dices que hagan determinada acción y lo hacen. La mayoría de los políticos deciden rodearse de peace maker, pero en el fondo son muy complicados porque hoy aceptan tu cambio, pero mañana el del otro. Todo les viene bien y son poco leales. Hay que estarles muy presentes encima para que haya un dialogo.

Warrior: son los que están a disgusto con el contexto, pero cambian ellos para modificarlo. Son como las puntas de lanza: personas que están dispuestas a transformarse ellos para proceder a un cambio. Hay que darles cuotas de poder y un seguimiento

Cuando alguien no quiere cambiar, hay que entender en qué posición está: no quiere cambiar porque es un fighter, porque es un peace maker y está bien como está o es un warrior al que no se le ha escuchado. Solamente si entendemos cuál es el contexto de esa persona, podemos proceder al cambio.

 

 

- ¿Se maneja igual una empresa que una campaña política?

- En la campaña de Donald Trump se ha demostrado que utilizando solo elementos empresariales se puede ganar una campaña. Manejo el branding y el marketing como lo hace una empresa.

Ha pasado más veces, no es algo que haya inventado el presidente norteamericano. Con lo cual, funciona igual si cambiamos el prisma. El fin ultimo de la política debería ser mejorar la vida de todos los ciudadanos, mientras que el de una empresa, vender y ser rentable.

Las empresas pueden colocar carteles muy bonitos en la ciudad diciendo “queremos transformar el mundo”, pero en verdad quieren ganar dinero.

Quitando ese pequeño elemento, hay que darse cuenta el foco. Una empresa quiere tener miles de millones de consumidores, un partido miles de millones de votantes. En política, consumo tu ideología o mensaje y te devuelvo con mi voto.

Son muy similares las acciones en esta área, en todo lo que tiene que ver con motivación, movilización y desarrollo de personas.

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