Brasil elige presidente entre la nostalgia del pasado y el miedo al futuro

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Este domingo el PT intentará volver al poder luego de 6 años, mientras que Bolsonaro buscará mantener la presidencia de Brasil, que además es el principal bastión de la extrema derecha a nivel mundial. El actual mandatario brasileño intentará además no convertirse en el primer presidente en ejercicio de la democracia brasileña que pierde una reelección, ya que tanto Cardoso, Lula y Dilma lograron ser reelectos cuando ejercían el cargo.

La elección será más pareja que lo que parecía antes de la primera vuelta , las encuestas marcan una ventaja de solo 2% para el candidato del PT Lula Da Silva contra al actual presidente Jair Bolsonaro , porcentaje que en el mundo de las encuestas es llamado empate técnico , ya que el 2% suele estar dentro del margen de error. En la primera vuelta el ex presidente y candidato de la oposición Lula Da Silva obtuvo el 48% de los votos, quedando a tan solo 2% de ganar la presidencia, mientras que el actual mandatario Jair Bolsonaro obtuvo el 43%, número muy superior al 38% pronosticado por las encuestas.

Todo hace indicar que el estado clave de la elección del domingo 30 de octubre será Minas Gerais, si la tradición no se rompe, el candidato presidencial que gane ese estado se quedará con la presidencia, ya que el resto de los estados parecen estar definidos.  En la primera vuelta del 2 de octubre el candidato Lula Da Silva se quedó con el triunfo en el estado de Minas Gerais en donde también hay que remarcar que fue reelecto un gobernador Bolsonarista.

La elección presidencial de este domingo 30 de octubre será la más pareja desde la de 2014, donde la por entonces presidenta en ejercicio Dilma Rousseff del PT debió sufrir para derrotar al Socialdemócrata Aecio Neves en la segunda vuelta por una diferencia de casi 2% de los votos, Lula hasta el día de hoy toma ese 51% de Dilma en 2014 como su piso personal, no imagina un escenario electoral donde él logre menos votos que Dilma Rousseff en 2014.

Bolsonaro parece intentar volver al modo 2018 y mostrar su cara más moderada, durante esta segunda parte de la campaña dejó de amenazar con no reconocer la derrota y también ha desterrado la idea de que no entregaría el mando en enero en caso de que Lula gane, el mensaje que baja el presidente es menos confrontativo que el de la primera vuelta y con un tono más positivo y vinculado con el triunfalismo.

El actual presidente logró subir en las encuestas las últimas semanas gracias a una declaración pública pidiendo perdón por su actitud durante la pandemia y enviando un mensaje a los familiares de fallecidos, el mismo Bolsonaro afirmó luego “yo pedí perdón por mi actitud durante la pandemia, que ahora Lula pida perdón por la corrupción del PT”. También el actual mandatario comenzó a dar entrevistas a diversos medios de comunicación a quien hasta antes de la primera vuelta él calificaba de “comunistas”.

Lula tuvo un éxito relativo durante la primera vuelta, su menaje para gran parte de la ciudadanía quedó con gusto a poco, no habló de futuro ni de presente, sino que recordó su pasado exitoso. La campaña del ex mandatario se basó en reivindicar sus dos gobiernos y recordar que cuando dejó el poder en 2011 su aprobación era del 88% y la económica crecía similar a la de las súper potencias, ya en esta segunda vuelta sus aliados de centro y muchas personas del establishment le pidieron al ex presidente cambiar de estrategia y empezar a mostrar sus cartas para las principales áreas del gobierno.

Lula se lanzó a buscar el voto del centro y anti PT durante esta segunda vuelta , consiguió el apoyo de la candidata Simone Tebet del MDB  que quedó en tercer lugar , además todo hace indicar que el MDB conseguiría colocar al liberal Meirelles  como Ministro de Economía , mientras que alguien cercano a Geraldo Alckmin manejaría el Ministerio de Defensa , también se especula que si como las encuestas muestran Fernando Haddad pierde la gobernación de Sao Paulo, él será el candidato a ser jefe de gabinete ,  también los empresarios le pidieron a Lula que Simone Tebet ocupe un cargo de alto nivel como podría ser el Ministerio de Agricultura, a forma de premio por el rol activo que está teniendo en esta segunda vuelta.

El presidente Jair Bolsonaro por su parte recalentó la campaña consiguiendo que los beneficios sociales del mes de noviembre no sólo tengan un aumento en su valor sino que también adelante su cobro para la última semana de octubre intentado inyectar el bolsillo de los brasileños con dinero fresco antes de la segunda vuelta , además según pronostican las principales consultoras privadas octubre volverá a ser un mes con deflación , aunque éstas también advierten el riesgo de la importante cantidad de Reales que está emitiendo el gobierno de Bolsonaro para movilizar la economía.

Durante los debates que han tenido estas semanas previas al Balotage se lo ha visto mejor a Jair Bolsonaro , principalmente a la hora de las discusiones mano a mano  , el nivel del actual presidente baja cuando es el momento de exponer propuestas de gobierno , ahí es donde Lula toma nuevamente la delantera en los debates.

Un dato llamativo que muestran las encuestadoras es que gran parte de los declarados votantes del MDB de Simone Tebet afirman que votarán a Lula Da Silva en el balotage, mientras que los votos que recibió el candidato de izquierda  Ciro Gomes se irían en su gran mayoría con Bolsonaro , a pesar que Gomes apoyó públicamente al candidato del PT.

Este domingo parece ser el capítulo más importante de una división política que empezó en 2016 con la destitución de Dilma , ya que si Lula gana la presidencia , Bolsonaro  avisó que se retira de la política , mientras que si el actual mandatario logra la reelección quedaría con una amplia mayoría parlamentaria y con una oposición totalmente destruida y desorientada .El actual mandatario parece resistir y haber llegado al ballotage más por un voto anti PT que por un voto  Bolsonarista , mientras que el ex presidente sabe que la probable victoria y llegada a la presidencia no garantiza gobernabilidad ni extinción del bolsonarismo  ya que los tiempos de victorias por el 60% de los votos parecen haber quedado en el pasado para el PT. 

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