Emmanuel Macron tiene 39 años de edad y será el jefe de Estado más joven en Francia desde Napoleón Bonaparte.
Emmanuel Macron fue elegido este domingo como presidente de la Francia, algo impensable hace sólo un año y todavía hoy difícil de creer si se atiende a su recorrido vital y a sus ideas políticas.
El marketing político ha sido testigo de diversos cambios en la propia forma de aplicarlo, los cuales lo han mantenido en la misma finalidad de concentrarse en el mensaje, en el dinero y en el activismo.
Los procesos electorales, uno de los campos de batalla preferidos por este segmento de la mercadotecnia, ya no necesariamente se ganan con la televisión, sino que el internet se convirtió también en un fuerte aliado, utilizando las nuevas formas de comunicación política alternativa, que posibilitan el posicionamiento de candidatos, partidos y temas de campaña en sectores específicos de la sociedad.
¿Qué llevó a Macron a la presidencia de Francia?
1- Un candidato desconocido e independiente
El político de 39 de años es considerado un “europeísta”, en tiempos de una eurofobia dirigida principalmente por el Brexit. De una línea liberal en la poco liberal Francia, fue el cerebro económico del vapuleado presidente socialista François Hollande, banquero de inversión en un país receloso con las finanzas, joven en una clase política conservadora.
Su fulgurante transformación de semidesconocido ministro de Economía a gran favorito para alcanzar la presidencia se explica por su éxito en presentarse como un reformista al margen del sistema, pero también por las circunstancias que lo han rodeado.
2- Un político diferenciado
Su continua búsqueda de un perfil diferenciado, a la derecha de los socialistas pero con tintes sociales y cosmopolitas que lo alejan de los conservadores, convirtió a Macron en un ente extraño.
No es el orador más dotado ni cuenta con el carisma de otros políticos, pero siempre da la sensación de saber bien de qué habla. Ha conseguido que esa imagen algo atildada -para sus críticos, más bien de “niño repelente”- no empañe el fondo de sus propuestas.
Aunque toma sin rubor elementos prestados de la derecha y la izquierda, no ha cedido a la tentación de prometer cosas irrealizables, lo que, a su juicio, fue el gran error que lastró el mandato de Hollande.
3- El ‘Mozart de las finanzas’
Hijo de dos médicos de Amiens, una ciudad al norte de Francia, Macron se formó en el gran vivero galo de cargos públicos, la ENA (Escuela Nacional de Administración), donde coincidió con una promoción que hoy copa importantes puestos en el Estado.
Tras completar sus estudios comenzó a trabajar como inspector de finanzas, antes de desembarcar en la empresa privada de la mano de la banca de negocios Rothschild en 2008, de la que llegó a ser socio.
Allí se le apodó “Mozart de las finanzas” por su precoz habilidad para trabar acuerdos, apoyado en una buena red de contactos con el mundo político, como el que cerró Nestlé para comprar la división de leches infantiles de Pfizer por 9 mil millones de euros.
También fue en Rothschild donde pudo conocer bien España y a sus élites, gracias al trabajo que realizó en la reestructuración financiera del grupo mediático PRISA.
Aunque sus rivales lo han asaeteado con la etiqueta de “amigo de las finanzas”, él insiste en que su carrera es precisamente lo que le distingue de los políticos profesionales que han vivido toda su vida del dinero público.
Como banquero, ya compaginaba su labor con la colaboración con el entonces candidato a la presidencia Hollande.
4- De las empresas al Palacio del Elíseo
Convencido de que “la política es una droga dura”, entró en el Palacio del Elíseo en 2012 junto a Hollande como secretario general adjunto, donde fue el arquitecto de las primeras reformas económicas impulsadas por François Hollande.
Su pecado original, no haber sido nunca elegido para un cargo en unos comicios, le privó de ser ministro del Presupuesto en el primer gobierno de Manuel Valls, con quien entonces tenía una relación muy estrecha.
Cinco meses después, en agosto de 2014, le llegó el turno de asumir la cartera de Economía de manos de Arnaud Montebourg, cabecilla del ala izquierda de los socialistas.
5- Un respaldo de Barack Obama
Su intención de cabalgar en solitario quedó clara hace un año con el nacimiento del movimiento político “en Marcha”, plataforma inspirada en la campaña de Barack Obama en Estados Unidos desde la que lanzó su candidatura presidencial, tras dimitir del gobierno en agosto de 2016.
El expresidente de Estados Unidos manifestó su apoyo oficial a Macron, una razón que ha dado confianza al electorado francés, quien observó los resultados del demócrata en su país.
“No tengo planes de involucrarme en muchas elecciones ahora que yo ya no me tengo que presentar a unas, pero las elecciones francesas son muy importantes para el futuro de Francia y los valores que tanto nos importan. Porque el éxito de Francia importa a todo el mundo”, explicó Obama.