El Coronavirus está cambiando las campañas electorales

Opinión
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Quiérase o no, la coyuntura modifica nuestras vidas, nuestra rutina, la cual obedece a los cambios en la economía, política, relaciones sociales, entre otros factores y más recientemente por la paranoia de lo que ya la cadena CNN califica de pandemia, gracias al COVID19, más conocido como “Coronavirus”.

Y por muy maquiavélico e insensible que suene, los consultores políticos, nos vemos en la obligación de reinventar toda forma de comunicación política ante esta situación. El Coronavirus vino a revolucionar la creación e implementación de las estrategias electorales en todo el mundo.

Habiendo dejado atrás un intento de justificación, tirada de los pelos, del por qué vamos a analizar el Coronavirus y su relación con las campañas electorales, no queda de otra, estimado lector que abandonar aquí mismo este artículo, si es que le produjo indignación, o continuar si es que he logrado despertarle un mínimo de curiosidad.

No hace mucho, participé en la Cumbre Mundial de Comunicación Política en México, donde estuve pregonando que la Tecnopolítica es lo de hoy, en cuanto a estrategias electorales se refiere; ya sea a través del Data Mining, Microsegmentación y Neuromarketing en un contexto de Guerra de Información, son el camino por seguir.  Allí versaba toda nuestra presentación, apoyado con ejemplos de campañas electorales, donde ya habíamos utilizado estas herramientas. Sin imaginar que el tsunami del Coronavirus estaba a punto de cambiarlo todo y de cierta forma, hacer que el único refugio sea la Tecnopolitica para poder sobrevivir, electoralmente hablando.

La política y sobre todo las campañas electorales son una guerra de emociones, donde los asesores tratamos de conectar en alguna de estas percepciones, para lograr el tan ansiado capital electoral.

Dicha histeria colectiva en Latinoamérica, a mi entender, llega para destruir cualquier “Estrategia en Tierra”. Me refiero a la famosa “Organización Territorial” (OT), trabajo de campo o como quieran denominarle. Simple y sencillamente el partido y candidato que pretenda una reunión de un mínimo de 20 personas, será tildado o percibido de insensible y potencial propagador del bendito virus.

Esta ya es una verdad de “perogrullo” como dicen en Argentina (una verdad obvia, a la vista de todos); pero lo que no está a la vista de los candidatos y jefes de campaña, es el impacto y cambio de resultados que esta nueva percepción va a generar.

Aterrizando ya a la solución, o por lo menos un camino a seguir: serán las “Estrategias de Aire” o Estrategia Digital basadas en Redes Sociales y las TIC, que tomará el control de las campañas electorales actuales y venideras.

Habrá que reinventar el mostrar fuerza, liderazgo e introducirse en el mundo del lenguaje digital, que al igual que el famoso “Monstruo” (público del festival de música de Viña del Mar en Chile, que no repara en abuchear a los artistas que no son de su agrado); ya que el electorado en “aire” no perdonará a los que no logren empatizar con ellos.

Llegó la hora de los brujos, llegó la hora de los hechizos, llegó la hora de los estrategas de aire para que saquen su mejor artillería, más que para ganar,  para sobrevivir a lo que ya se instaló. ¡Bienvenidos los osados, porque sólo ellos podrán obtener el poder!

 

Para finalizar la triada del coronavirus para toda estrategia electoral:

  • El fin a toda estrategia de tierra tradicional como las conocíamos.
  • La toma de la dirección de las campañas electorales por las estrategias de aire basadas en la Tecnopolítica.
  • Reinventar el contacto a un nivel mínimo de personas y máximo de generación de emociones y conectividad con el electorado.
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