La comunicación política pretende tener una marcada influencia en los electores.
Hoy las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC´S) son una importante fuente de socialización y construcción de la realidad de cada individuo. Pues el tiempo que pasa una persona común frente a ellos es inminentemente superior al que emplean en sus actividades diarias.
Las TIC´S nos acompañan a la hora de la comida e inclusive momentos antes de ir a dormir; en algunos casos se han vuelto parte de las propias personas. Por ejemplo, algunos no pueden salir de casa sin ciertos aparatos electrónicos, como son: tabletas electrónicas, reproductores de música y equipos de telefonía móvil.
Quizá lo anterior se deba a que hemos adoptado diferentes maneras de enfrentar diversas situaciones, modelos de conducta y, en general, a que proveen a cada individuo de una visión del mundo muy particular.
Con lo anterior, es viable visualizar que la comunicación es un fundamento de toda sociedad humana y de toda relación social, siendo el medio por el cual los individuos participan, intercambian y ponen en común ideas y sentimientos. Lo cual es relevante de tener en cuenta en la arena política, pues como afirma el argentino Daniel Ivoskus “La comunicación no siempre es política, pero todo es comunicación”.
Así que al aplicar propiamente la comunicación política con cierto objetivo por parte de un partido político, contendiente o gobierno se busca ejercer influencia en los pensamientos, emociones o actos de un público establecido para que se comporte de manera determinada apoyándose primordialmente en las emociones de los electores, ya que ataca sistemas de valores y creencias, por medio de gráficos, símbolos, discursos, vestimenta e imagen pública.
La comunicación política pretende tener una marcada influencia en los electores. El reto está en que el equipo de campaña alcance a comunicar estratégicamente a través de un mensaje claro y dirigido a las audiencias correctas.
