Algunos candidatos políticos se han percatado que la implementación de las nuevas tecnologías dentro de las campañas políticas es de gran valor para maximizar su potencial de penetración en el electorado.
Las redes sociales ofrecen la posibilidad de interactuar con el electorado acortando distancias físicas, convocar a eventos masivos sin la necesidad de un perifoneo y difundir propuestas con un solo click.
Si bien es complicado dar respuesta a todos los mensajes emitidos por el votante hacia el candidato no obstante, las nuevas tecnologías ofrecen la oportunidad al ciudadano de no ser tratado como una masa gris y que el candidato pueda acercarse al electorado y localizarlo en el centro de la política.
Las campañas 2.0 en Latinoamérica han provocado diversos destellos de credibilidad electoral, en el sentido de que es la estrategia propicia para acercarse a los millenials provocando en ellos una sensación de democracia participativa.
En este mismo tenor, los partidos y futuros candidatos deben saber que invertir en las nuevas tecnologías significa invertir políticamente para atraer y ganar a sus futuros votantes.
La gama de posibilidades que ofrece internet para la campaña electoral resultan atractivas a medida que los partidos políticos y los candidatos tienen la posibilidad de comunicarse de manera directa con los electores.
Además, las nuevas tecnologías permiten al consultor político contar con universos posibles de votantes perfectamente segmentados para los cuales diseñar mensajes acordes con sus perfiles demográficos.
Es visible como en las campañas políticas recientes los candidatos se han visto en la necesidad de entrar en el espacio digital, lo cual ha generado la incorporación de nuevos elementos en las campañas.